Como si de una grieta
en el terreno se tratase surge la tercera fase de rascainfiernos, un eje
longitudinal que se inserta en el terreno para dar cavidad a espacios vivideros
y de ocio, espacios de juego y relación. Una intervención urbana que da
respuesta a crear un espacio de relación abierto y en contacto directo al
exterior, dañando lo mínimo posible es paisaje colindante.
A través de una gran
rampa, a 5 metros bajo tierra comienzan a surgir los espacios, viviendas que
surgen de los dos grandes muros laterales que contienen la grieta, pequeños
bosques, zonas de descanso y juego, y al final de la grieta, sumergida a 8
metros bajo tierra, la piscina.
Cuando bajamos al
interior de la grieta intuimos algunas de las viviendas aunque en ningún caso
vemos lo que pasa en el interior de éstas ya que toda la vivienda se dirige
hacia el patio interior de ésta, desde donde obtiene la luz solar y la
ventilación, en contacto directo con la naturaleza.
Accediendo desde el
lado oeste podemos llegar a la piscina si continuamos descendiendo la rampa, o
bien podemos seguir por la grieta cruzando sobre la piscina hasta llegar a la
rampa que nos conduce otra vez al nivel superior. La piscina únicamente se ve
desde la superficie, desde la cota cero, mediante un patio inclinado hacia el
sur que facilita la entrada de luz y sol. La piscina, cubierta, tiene la
posibilidad de abrirse por uno de sus lados hacia el exterior en verano.
Este pequeño valle,
contiene en resumen, espacios vivideros, de deporte, juegos y naturaleza.
Diferentes actividades que funcionan independientemente sin interrumpirse las
unas a las otras.
Los espacios verdes y
los patios juegan un papel muy importante, es ese contacto con los árboles y el
cielo, el que nos ayuda a no tener las sensación de estar bajo tierra, teniendo
así los beneficios de estar bajo tierra como la temperatura constante y el
aislante contra el ruido, y los beneficios del exterior, como la luz y la
ventilación.
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